Ushuaia, miércoles 15 de agosto de 2018.- El Presidente del Parlamento, vicegobernador Juan Carlos Arcando, recibió en su despacho a integrantes de la Congregación Hermanas Clarisas Franciscanas Misioneras del Santísimo Sacramento. En diálogo con Prensa Legislativa, la hermana Claudia Krupsky recordó la visita de la madre general de la Congregación, Karuna Kuruvanthann, que reside en Roma (Italia), y visitó la casa superiora en Salta, a finales de junio. El Vicegobernador participó de ese encuentro, invitado especialmente por las clérigas de Tierra del Fuego.
La hermana Claudia explicó que “en aquella ocasión vino nuestra Madre General a hacernos una visita fraterna, para saber cómo estábamos, cómo andamos, cómo va nuestra vida de oración y nuestro apostolado”. Claudia dijo que la intención de ellas era que el Vicegobernador tuviera una entrevista con ella. “Queríamos que Arcando le cuente cuál es nuestro apostolado acá en Tierra del Fuego, qué es lo que hacemos y la importancia que tiene que nosotras permanezcamos como congregación en Ushuaia, ya que somos la única congregación religiosa femenina”, dijo.
Por último, la hermana Claudia se mostró “muy agradecida” con el Vicegobernador: “Habló muy bien, yo estoy muy contenta y agradecida por el apoyo que nos dio delante de la Madre General y todo lo que dijo de nosotras. Fue una oportunidad para hacerle conocer la Casa, nuestro apostolado allá en Salta, mostrar quiénes somos y qué es lo que hacemos. La presencia del vicegobernador Juan Carlos Arcando en Salta fue para nosotras, que vivimos en Tierra del Fuego, muy valiosa, ya que siempre está atento de nuestras necesidades” concluyó la hermana Claudia Krupsky.
En el encuentro de Salta, el vicegobernador Juan Carlos Arcando recibió de manos de las Hermanas Clarisas Franciscanas un cuadro con el retrato de la madre Serafina Farolfi, fundadora de la Congregación. La madre Serafina fundó el nuevo Instituto de Clarisas Franciscanas Misioneras del Santísimo Sacramento de misión educativa con la espiritualidad franciscana.
El 1 de Mayo de 1898, el nuevo Instituto fue reconocido oficialmente por las autoridades religiosas. En ese mismo día, la madre Serafina, como fundadora y sus ocho compañeras, se trasladaron a Bertinoro y renovaron los votos de castidad, pobreza y obediencia y profesaron la regla de Santa Clara.